Canciones por la Justicia Vol. 6

Contenido del disco

Joel Makeci – “Lancaster”

Joel Makeci es un cantante Congo Americano, compositor y líder de una banda. De los campos para refugiados en Tanzania a escenarios en todo Estados Unidos, Joel ha presentado su mezcla artística, combinación de rock, rumba y góspel a un público siempre apreciativo. Joel y su “New Generation Gospel Band”, integrada por ocho miembros, presenta un espectáculo energético, con ritmos consistentes, armonías vocales altas y música alegre que trasciende barreras culturales y lingüísticas como solo la mejor música lo puede hacer.

Listen to Joel Makeci’s “Lancaster” letra

The New Colossus

Escucha “New Colossus” – Escrita por Emma Lazarus y leída por CWS Personal y Líderes

Day Day and Mu Kaw

Esta pintura se inspiró en la iglesia “Habecker Mennonite Church”, donde aparecen personas de diferentes culturas (Burmese, Karen, English) unidas para celebrar su amor fraternal y su amor a Dios. Day Day y Mu Kaw no son extraños al programa “Música para Todos” (MFE), ya que ellos fueron quienes pintaron la entrada del “CWS’ 2021” en respuesta a la iniciativa “Claves para la Ciudad” MFE “Keys for the City Piano”, un diseño que demuestra cómo la música puede conectar a las personas de todas las culturas.


Audrey Lopez – Poeta

Originaria de Perú, Audrey López se mudó a Estados Unidos en 2001. Estuvo indocumentada por 18 años y encontró su voz en Lancaster, Pensilvania. Actualmente contribuye para hacer de las comunidades de acogida espacios más hospitalarios para las personas migrantes de Latinoamérica y de El Caribe.


Ahmed Ahmed

es Concejal de la Ciudad, organizador comunitario y líder de refugiados residente de la ciudad de Lancaster.

“Creciendo como un ex refugiado, siempre pensé en la gran cantidad de niños migrantes y refugiados del mundo que no tuvieron las oportunidades que tuve yo para encontrar un nuevo hogar. Pensé en el joven estudiante de la escuela tecnológica de Nigeria, anhelando una educación de calidad; la viuda de Yemen, huyendo de la hambruna; y la familia salvadoreña, escapando de la violencia de pandillas y del crimen.

“Con frecuencia, me preguntaba qué podía hacer para ayudar a las personas del mundo que han tenido los mismos inicios que yo, pero finales muy diferentes. Fue cuando me di cuenta que debería convertirme en líder activo de la comunidad de refugiados.

“La necesidad de liderazgo y compromiso comunitario en la comunidad de migrantes y refugiados nunca ha sido tan crucial. Nuestra comunidad necesita que nosotros nos levantemos a favor de nuestros valores comunes y metas compartidas para asegurar que otras familias de migrantes y refugiados tengan las mismas oportunidades que nosotros tuvimos como nuevos estadounidenses.

“Nosotros, como personas refugiadas y migrantes, tenemos mucho que ofrecer a nuestras comunidades. Hemos demostrado ser líderes humildes, vecinos pacíficos y pilares de nuestra sociedad. Debemos ser activos en nuestras comunidades, debemos votar en nuestras elecciones locales y nacionales, y debemos promover el compromiso y liderazgo en nuestras comunidades. Esto significa defender los derechos de las personas refugiadas y migrantes; asegurarles el acceso a la educación y al desarrollo profesional, y ayudarlos a que se adapten a su nuevo entorno. Debemos compartir nuestras historias y comprometernos con nuestras comunidades para promover el cambio que queremos ver, para garantizar que nuestras nuevas casas sigan siendo faros de la Esperanza.

“Ya sea que hayamos llegado aquí como refugiados, “dreamers”, migrantes o solicitantes de asilo, debemos trabajar unidos con los nuevos miembros de nuestra comunidad, sin importar su origen. Para asegurarnos que los migrantes reciban un trato digno y justo, y asegurarnos que nuestras historias se puedan seguir difundiendo, debemos promover y defender las siguientes propuestas:

  • Otorgar un estatus legal permanente a los “dreamers”. Los inmigrantes que fueron traídos aquí siendo niños, no son responsables de las decisiones tomadas por sus padres; además, nunca han conocido otro país. A ellos se les debe dar una vía hacia la residencia legal.
  • Abogar por el retorno de nuestros niveles históricos de buena acogida a los refugiados, ya que se ha ignorado nuestra responsabilidad de ayudar durante los desastres humanitarios del mundo.
  • Priorizar políticas seguras y humanitarias para los solicitantes de asilo que buscan escapar de horrores inimaginables en sus países de origen. Esto significa, no más detenciones inseguras y separación de familias; en su lugar, se debe contar con los recursos necesarios para dar respuesta rápida a los casos de asilo.
  • Detener la satanización de los migrantes como un medio político para ganar el apoyo popular.
  • Crear una vía a la ciudadanía para muchos miembros de nuestras comunidades que son indocumentados.

“Nosotros, como refugiados y líderes migrantes y miembros comunitarios, debemos tomar acción. Nuestros vecinos recién llegados cuentan con nosotros”.


Organización de beneficio comunitario

MFE está orgulloso de asociarse con organizaciones de beneficio comunitarios locales, las cuales están haciendo un trabajo excepcional en el área de justicia social. En este volumen de “Canciones por la Justicia” (SFJ), destacamos la labor de la corporación “Church World Service” Lancaster.

“Church World Service” Lancaster, tiene el compromiso de dar la bienvenida a refugiados, migrantes, solicitantes de asilo y a todo tipo de personas desplazadas dentro de Estados Unidos que están en busca de seguridad y de una oportunidad para reconstruir sus vidas.

Por más de 30 años, “Church World Service” Lancaster, ha acogido a miles de nuevos vecinos de todo el mundo en nuestro maravilloso país. A través de asociaciones con grupos de fe, organizaciones e individuos, empoderamos a nuestros nuevos vecinos a construir nuevas vidas en un ambiente de paz y seguridad, brindando hasta 5 años de servicio y apoyo.

¿Por qué esta Problemática?

Una nota del Personal de “Church World Service”

Durante el curso de su historia, la política de migración de Estados Unidos ha transitado entre la demostración de actos radicales de bienvenida a otros de cruel indiferencia hacia aquellos que buscan refugio y una vida mejor en estas tierras. Nosotros creamos y aprobamos la Ley de Refugiados de 1980 con apoyo unánime en ambas cámaras del Congreso, creando una estructura formal para acoger a los refugiados en Estados Unidos. Como nación, también hemos establecido cuotas raciales de migración discriminatorias y usado cada vez más una retórica de odio para describir a nuestros nuevos vecinos, lo cual ha conducido a políticas que han consagrado la discriminación en ley, rechazando a los más vulnerables.

Durante la década pasada, la retórica de odio y las políticas discriminatorias se han hecho más comunes. El programa de reasentamiento de refugiados de Estados Unidos, históricamente objeto de apoyo bipartita, quedó diezmado. En 2019, el límite de admisión de refugiados (el número total de refugiados que se pueden reubicar en Estados Unidos) se redujo casi 80% , registrando un número histórico de solo 12.000 refugiados. Las políticas migratorias de sentido común —respaldada por una amplia mayoría de estadounidenses—se han vuelto tóxicas y políticamente intocables.

Estamos presenciando un aumento en los discursos de odio en todo Pensilvania y en Estados Unidos en general; retórica peligrosa que provoca trauma y violencia. A los inmigrantes se les acusa de provocar crímenes, enfermedades y problemas económicos, a pesar de que estudio tras estudio confirman el papel esencial que los inmigrantes juegan para mantener a Estados Unidos seguro, alimentado, saludable y con una cultura vibrante.

Nosotros sabemos que los residentes del condado de Lancaster entienden las profundas razones humanitarias arraigadas para acoger a los inmigrantes, así como las invaluables contribuciones que estas personas hacen a nuestra comunidad. Juntos, reconocemos que nuestros nuevos vecinos traen ideas frescas y nuevas tradiciones, mientras nos ayudan a mantener las propias. Los nuevos vecinos se convierten en viejos amigos mientras se unen a nuestras comunidades de fe en nuestros lugares de culto; comparten comidas en nuestros vecindarios; y trabajan hombro con hombro en nuestros centros laborales.

Debemos continuar abogando por un programa de reasentamiento de refugiados robusto, donde se establezca un acceso humanitario para la protección de solicitantes de asilo, dando fin a las políticas migratorias injustas y discriminatorias en contra de las personas negras y de color que buscan seguridad. Por la salud cultural, económica y espiritual de Estados Unidos, debemos demandar justicia para nuestros nuevos vecinos. Sea quien sea. Donde sea. Cuando sea. Todos tienen el derecho de buscar seguridad y protección.